Puede que la buena literatura con café.

No sé que será. Quizá el improvisar, el no tener un norte por el que guiarme. No sé, quizá las ramblas, quizá las tardes bañadas de amistades. Puede que el olor a sal, puede que la gente interesante. Puede que el perfume de las buenas conversaciones. No lo sé, no sé que será. Puede que la buena literatura con sabor a café. Puede que los nuevos, y también puede que sean los que permanecen. Y los que permanecerán. El calor de los de siempre. Incluso de los que viajaron lejos para quedarse, pero siguen cerca. Quizás sean los cafés para dos, o algún cigarro compartido. Puede que sea el gris de Londres. Las ganas de viajar más. De irnos lejos, muy lejos. Quizás sean las palabras, las que se fueron, las que vendrán. Puede que sean los proyectos realizados, y los miles que quedan por realizar. Quizás sean los paisajes. Los susurros. Los mordiscos. Quizá sean las miradas. Quizá sean los besos enfrente del mar. Quizás sean las mañanas de invierno. No lo sé. No sé que será. Pero ha sido genial.