Nos llevamos casi toda la tarde hablando de tonterías, el solo hacia cosas para que yo me riera. Estuvimos jugando a un juego muy tonto, pero no me lo he pasado mejor en mi vida. El juego consistía en hablar con la boca cerrada. ¡No le entendía nada!
-Buubuu beee beb beeebee
-¿Qué?- Solté una carcajada.
-Boo biebuu be beebebe
-Jajaja, ¡No te entiendo!
-¡Que digo que quiero que me beses!¬¬
Se acercó poco a poco a mí y me beso como nunca nadie lo había hecho. Se me pusieron los pelos de punta y lo único que quería era que nunca acabara. En ese momento me quede callada, no supe reaccionar, me quede mirando al cielo. Estábamos los dos tumbados en el césped, uno al lado del otro, mirando al cielo, mirando ese precioso cielo.
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